Ávila en un día

Avila en un dia

Ávila es una ciudad que ha sabido resistir muy bien a los embates del tiempo. Esta región de la comunidad autónoma de Castilla y León, se mantiene estoica y bella, como un firme recuerdo de Santa Teresa, quien nació y desarrolló buena parte de su quehacer en esta ciudad.

Por esta razón, hoy te proponemos visitarla en solo un día, en el que, a pesar del corto tiempo, podrás conocer y amar esta magnífica urbe. Comenzaremos por uno de los símbolos avileses: la muralla.

Entraremos por la puerta del Alcázar y siguiendo el camino de la muralla llegaremos hasta la plaza de Santa Teresa. La muralla de Ávila tiene una longitud de 2 kilómetros y medio, alrededor de 12 de altura y 3 de grosor. Su sistema de 88 torreones y 9 puertas fue construido a finales del siglo XI, pero hoy día, es la muralla europea mejor conservada.

Salimos de ella y por la calle de la Cruz Vieja llegaremos a la catedral. Esta edificación de mediados del siglo XII es una combinación singular entre el gótico y la arquitectura fortificada. En ella sobresalen el retablo del altar mayor, de Berruguete y la custodia de Juan de Arfe.

Catedral de Avila

En la plaza de la catedral existen infinidad de palacios antiguos, por esto en ocasiones se le llama la plaza de los palacios. Pueden citarse algunos como el de los Velada o el de Valderrábanos, ambos convertidos en lujosos hoteles y el que fuera palacio episcopal, que hoy funge como Biblioteca pública.

Luego de atravesar la calle López Núñez, llegaremos a la capilla Mosén Rubí levantada por las familias Bracamonte y Herrera. Precisamente por la calle Bracamonte se llega a la plaza del Mercado Chico, una plaza castellana típica en donde encontraremos algunos bares, comercios y restaurantes. Cerca encontramos la iglesia de San Juan Bautista, lugar donde Santa Teresa fue bautizada.

Antes de continuar, podemos hacer una pausa para comer algo en algún restaurante citadino. La cocina de Ávila es conocida por su sencillez y calidad de sus ingredientes. Algunas opciones podrían ser los restaurantes Reyes Católicos, Piedras Albas, Doña Guiomar y el Mesón El Rastro.

Luego de recargar energías, podemos llegarnos al Centro de Interpretación del Misticismo. Este es un edificio singular, la modernidad de su arquitectura y su apariencia de museo de arte le confieren esta cualidad. En su concepción participaron arquitectos, escritores, escultores, pintores y creadores de video.

Continuamos el itinerario y, esta vez, nos detendremos en el convento de la Santa, construido en el siglo XVII sobre la casa que vio nacer a Teresa de Cepeda y Ahumada. En esta edificación de estilo barroco, encontraremos varias tallas de Gregorio Fernández. La cripta cuenta con un museo que refleja algunos pasajes de la vida de la santa.

Real Monasterio de Santo Tomas

Siguiendo la ruta de Santa Teresa, atravesamos la plaza de Italia para llegar a la plaza de las Madres, lugar donde la santa funda en el siglo XVI el convento de San José, el primero de los Carmelitas Descalzas. Allí podremos visitar el museo, la primera iglesia y el templo herreriano.

Luego agarramos un coche para llegar hasta el barrio de Ajates situado al norte de Ávila. Aquí encontraremos el monasterio de la Encarnación, donde Santa Teresa estuvo por cerca de 40 años y del que fue priora en los últimos años. También se encuentran en este lugar el madero que la santa usaba de almohada y el cubículo donde San Juan de la Cruz confesaba a Santa Teresa.

Al otro lado de la ciudad, podremos visitar el Real Monasterio de Santo Tomás, uno de los sitios emblemáticos de la ciudad que menos se conoce. Este lugar se construyó en el siglo XV con el fin de ser el palacio de verano de los Reyes Católicos y cuenta con tres bellos claustros, el sepulcro del infante Don Juan y un retablo de Pedro Berruguete.

Podemos despedirnos de Ávila disfrutando de un concierto en el Auditorio de San Francisco para, de esta forma, el ambiente mágico de esta iglesia nos invite a regresar a Ávila una y otra vez.